El Ser humano «Post-humano»

logo blanco cuadradoSi menciono la palabra “zombi” ¿Qué pensáis?

-Venga!, no juzguéis de antemano.-

– ¿Qué os sugiere la palabra “zombi” dentro de un contexto de aprendizaje, reflexión, desarrollo personal?- ¿Nada?

-Y si digo ¿“deshumanización”?

Hace un par de días vi una película sobre zombis, cuyo tema central era la lucha de la humanidad contra una pandemia de zombis que amenazaba con exterminar a la raza humana.

¿Os imagináis un grupo de zombis, lo suficientemente numeroso como para amenazar el futuro de la humanidad tal como lo conocemos?  ¿Podéis imaginar una sociedad donde los seres humanos actúen movidos por agentes externos capaces de hacerse con su voluntad, de manera que, sus decisiones sean el resultado de la voluntad de otros?

Es posible que alguno de vosotr@s vea cierta similitud entre el mundo zombi y el mundo actual. Como dice un amigo mío, “Hay que temer más a los vivos que a los muertos” y tengo la sensación de que más de un@ piensa esto aunque no lo diga.

Por aclarar el paralelismo que para mí existe entre el concepto “zombi” y lo que he decidido llamar Ser humano “Post-humano”; os diría que el zombi de acuerdo con las tradiciones africanas, es la persona sometida a un ritual mágico donde el chamán de la tribu le da a tomar alguna sustancia con efectos psicotrópicos que provocan en él, un estado letárgico similar a la muerte.

En el caso del Ser humano “Post-humano”, este sería la persona que a nivel jurídico sigue poseyendo plenas capacidades de acuerdo con la Ley en la mano, aunque su cerebro humano se torna algo perezoso, es decir, al poder aprender lo necesario para la vida poniendo solamente en juego una parte de su capacidad, la persona descuida el desarrollo del resto.

En palabras de Paul Glees, especialista en neurociencia, la mayor parte de los humanos sólo utilizan medio cerebro conservando el otro hemisferio en una situación que se podría calificar de letárgica.

¿Encontráis ahora una mayor similitud entre ambos conceptos?

Pues bien, tal como argumenta Joseph Altman, premio Príncipe de Asturias, autor de una teoría sobre la neurogénesis, » la capacidad para desarrollar el cerebro es una elección personal». Lo que me lleva a recordar que cuando somos pequeños, somos un torrente de creatividad, mientras que a medida que nos vamos haciendo mayores, dejamos de cuestionar las cosas y tendemos a reprimir ese torrente de creatividad.

Por cierto, la creatividad, la imaginación reside en nuestro hemisferio derecho, al igual que los sentimientos y las emociones. Vivimos en una sociedad donde son cada vez más frecuentes los estados de ánimo negativos, con una constante segregación de cortisol. Más de un 65% de las consultas a los médicos generales se deben a emociones aflictivas y cada vez es más fácil dejarse arrastrar por comportamientos negativos.

Quizás, ahora se entienda mejor a qué hemisferio se refería Paul Glees cuando hablaba de una situación letárgica del cerebro.

A día de hoy, hay epidemia de desánimo y ello se ve por las visitas a los médicos. La persona anclada en la negatividad presenta lo que ve como si fuera lo único que hay. Convierte su realidad en una verdad absoluta que suele acompañar de comentarios apocalípticos, como:

-Vamos de mal en peor.

 -De esta no salimos

 -Nos comen, nos comen los chinos!! ( https://www.youtube.com/watch?v=3YRCf8GuJoA)

La falta de autocrítica unida al autoengaño, las justificaciones que ayudan a perpetuar comportamientos aprehendidos, la muestra de indiferencia como mecanismo de defensa ante situaciones de desequilibrio o injusticia, entre otros, son claros ejemplos de este tipo de comportamientos destructivos.

¿ Qué podemos hacer para no contagiarnos de actitudes negativas y convertirnos en unos seres más parecidos a los zombis que a los humanos?

Cultivar nuestro cerebro cabeza y nuestro cerebro corazón. La mente humana es como un jardín en el que podemos plantar semillas de todo tipo. Las hay buenas y las hay malas. Las hay positivas como la confianza, la constancia y la dedicación, la serenidad, la generosidad, la ilusión, la imaginación y así muchas más. Y las hay negativas como la arrogancia, la ignorancia, el ningunear o pisotear a otros, el menospreciar y así otras cuantas.

A veces descuidamos las semillas que plantamos en nuestro jardín e incluso permitimos que otros echen basura, a modo de contenedor.

El crecimiento personal implica un esfuerzo personal implícito, salir de tu “zona de confort” y ser capaz de enfrentarte a tus miedos.

Para mí, Miguel Angel es uno de los grandes ejemplos que ha dado la historia del Arte de lo que supone fijarse “estándares elevados”. Su dedicación, esfuerzo y constancia formaban parte de su esencia como ser humano, de su alma de artista. Cuando se contempla cualquiera de sus obras, se hace evidente el porqué de una de sus frases más conocidas:

 «El mayor riesgo no es que apuntemos alto y fallemos, sino que apuntemos bajo y triunfemos»

No nos conformemos con la mediocridad que no forma parte de nuestra esencia, no nos limitemos a ser un “cuerpo sin alma”. Seamos seres humanos en toda su plenitud y no simples “muertos vivientes”.

 Aprendamos a ser escultores de nuestra vida.

 

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